miércoles, 5 de febrero de 2020





Miércoles, 5 de febrero de 2020

El testimonio de Marina

Ser voluntario en las Costas de Armor, junto al Canal de la Mancha




Mi experiencia como voluntaria europea comenzó el día que aceptaron mi candidatura en un instituto profesional en la bretaña francesa. Mi deseo era poder desarrollar el voluntariado en un centro educativo en una pequeña ciudad, un deseo que me llevó hasta Saint Brieuc, una ciudad en el borde del mar con una gran vida asociativa. Aquí una gran población de personas jubiladas dedican su tiempo y sabiduría en diferentes estructuras solidarias. Gracias a las actividades que llevo a cabo en el instituto he mantenido contacto con diferentes organizaciones asociativas y en particular con la asociación ASTI, una asociación de apoyo a las personas migrantes, donde acudo como voluntaria todos los miércoles. 



Pero la mayoría de mis actividades las realizo en el instituto “Jean Moulin”. Un centro que me ha acogido con cercanía y entusiasmo. Trabajo mano a mano con la profesora de educación sociocultural, una persona muy sensible con las dificultades de su alumnado y que trabaja en red con todos los recursos de la comunidad. Nuestro día a día sucede entre reuniones con diferentes asociaciones y recursos de la ciudad, de cara a organizar proyectos motivadores para los alumnos. Otra de mis actividades principales es la colaboración durante la asignatura de educación sociocultural. Hasta el momento, hemos comenzado un proyecto con una radio comunitaria, organizado la semana de la solidaridad, iniciado una colaboración con una asociación para que un grupo de alumnos hagan un viaje solidario, un taller contra el odio y en favor del espíritu crítico, un protocolo de acogida para el alumnado que no habla francés, un taller de cocina intercultural con los alumnos de formación profesional de cocina, sesiones informativas sobre los diferentes programas de movilidad internacional, la participación en el salón de la enseñanza de Saint Brieuc y Rennes, etc.



En cuanto a la lengua francesa, cuando llegué a Francia mis habilidades de comprensión oral eran buenas pero mi capacidad de producción oral muy básicas, algo que poco a poco y con constancia he ido superando, pudiendo, a día de hoy, liderar actividades sin apoyo lingüístico.




Una dinámica enriquecedora, un equipo docente acogedor con una gran inquietud hacia el intercambio intercultural y que está siempre dispuesto a escuchar nuevas propuestas. Siempre haciendo grandes esfuerzos por facilitar mi aprendizaje de la lengua. En definitiva, una experiencia enriquecedora a nivel personal por las personas que estoy encontrando y a nivel profesional, por el ambiente estimulante que me permite comenzar a construir nuevos proyectos de futuro.